9 ladrones de energía que te roban eficiencia en el trabajo

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Los ladrones de energía son todo aquello que agota la vitalidad que deberías emplear en vender o en capitanear a tu equipo para alcanzar el éxito. Identifica a tus ladrones de energía, evítalos ¡y gana eficiencia en el trabajo!

Estás disperso, estresado… ¡No te centras! Te falta motivación. Trabajas, trabajas y trabajas ¡pero no rindes! ¿Te sientes identificado con esta sensación? Si es así, es posible que ciertos “ladrones” te estén robando tu energía.

La mañana suele ser el momento en el que más energía tenemos, si hemos dormido y desayunado bien. Pero a lo largo del día, los ladrones de energía van consumiendo las fuerzas que necesitamos para alcanzar los objetivos diarios. Y por “ladrones de energía” me refiero a cualquier estímulo (persona, hábito o cosa) que absorbe tu vitalidad, acaba con tu motivación o va minándote la moral. En definitiva, todo lo que te impide alcanzar tus objetivos profesionales.

Evita a tus ladrones de energía y por fin podrás centrar todas tus fuerzas en vender, dirigir a tu equipo o alcanzar cualquier meta que te propongas.

La siguiente lista te ayudará a identificarlos. ¡Toma nota!

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Relaciones, hábitos y prácticas que te restan eficiencia en el trabajo

Para localizar a estos usuarpadores de vitalidad en tu rutina diaria y eliminarlos de la ecuación, debes buscar entre los “sospechosos habituales”.

#1. Llevarlo todo “en mente”

El correo de un proveedor, la fecha y hora de una cita, el cargo de un cliente en su empresa… En contra de lo que a todos nos han enseñado, la información sí ocupa lugar en tu mente. ¡Y no solo eso! Recuperarla consume energía.

Hacerlo todo “de cabeza” ¡es un error! Necesitas apoyarte en herramientas y bases de datos que permitan automatizar procesos, para que puedas dedicarte a lo que realmente importa, vender.

#2. El desorden

Tener tu material de oficina desordenado te hace malgastar tiempo, y con él, energías. Detenerte a buscar la grapadora, los cartuchos de tinta para la impresora o los posits interrumpe tu concentración.

Pero el desorden también afecta al entorno digital. Una mala organización de documentos y carpetas en tu equipo de escritorio, o una gestión inadecuada de la información en tus aplicaciones, tiene el mismo efecto.

Dedica unos minutos al día a ordenar tu espacio de trabajo (ya sea el físico o el virtual). ¡Optimizarás tus procesos!

#3. Ser demasiado perfeccionista

Que todo esté perfecto no siempre es lo más importante. También hay que cumplir plazos y distribuir el tiempo en otras tareas.

Las personas demasiado perfeccionistas tienen problemas para rendir, y no suelen ser eficientes. Si eres un auténtico perfeccionista, tu tiempo y tus energías se agotarán con detalles superfluos.

Otro de los problemas típicos de los perfeccionistas tiene que ver, por cierto, con el siguiente punto.

#4. No delegar

Negarse a delegar es algo muy común en freelancers, emprendedores recién iniciados y… ¿lo adivinas? ¡Sí!, perfeccionistas natos.

Raimon Samsó lo describe perfectamente en su e-book Delegación radical: 

“…creen que deben hacerlo todo por sí mismos. Y todo es todo; o sea, el marketing, las ventas, la atención al cliente, la contabilidad, fregar el suelo, pasar caja, ir al banco, encargarse de los impuestos… todo. Pero es obvio que nadie sirve para todo”.

¿Eres de los que piensan que nadie lo puede hacer mejor que tú?, ¿que si no te encargas personalmente, nada sale bien? ¡Pues cambia el chip!

Delegar es muy importante, e implica un ejercicio de confianza en tu equipo. De lo contrario, acabarás muy estresado, quemado… desgastado.

#5. Relacionarte con vampiros emocionales

No tienen colmillos afilados, pero tampoco te conviene relacionarte con ellos. Te vampirizan, porque te roban la vitalidad.

Son personas inseguras o agresivas, egocéntricas o complacientes, pero todos tienen en común un aura de negatividad que planea sobre ellas. Muchos de ellos son muy pesimistas, autocompasivos… Siempre ven problemas por todas partes. Otros son inmaduros e incapaces de tomar decisiones por sí mismos. Suelen requerir grandes dosis de atención.

Les reconocerás porque, tras pasar un rato con ellos, acabas agotado y sin energía. Evita relacionarte con ellos en la medida de lo posible.

#6. Consultar compulsivamente el correo o las redes sociales

Quizá estés esperando un e-mail de un cliente. No importa. La mayoría de correos no requieren una respuesta inmediata.

Por otra parte, si tu trabajo te permite cierta libertad para organizar tu tiempo, ¡no lo malgastes en las redes sociales!

Un reciente estudio determinó que los trabajadores consultan cada hora una media de 36 veces su correo electrónico. Tras cada interrupción tardamos en recuperar el estado de concentración anterior. Pero este derroche de energía se puede evitar. Programa huecos en tu agenda para consultar el correo y los canales sociales.

#7. La procastinación

Sí, ya sabes. Dejar algo para después. Aplazar repetidamente una tarea condenada a quedarse sin hacer.

La procastinación oculta a menudo un miedo a enfrentarse a una tarea, porque resulta muy compleja o nos genera inseguridad.

El problema de la procastinación es que se empiezan a acumular las tareas. El estrés aumenta y el rendimiento cae en picado.

¡No procastines! Si, por ejemplo, tienes una reunión con un cliente que no es de tu agrado, no lo dejes para otro día. Aunque tu cliente sea un vampiro emocional.

#8. La vida sedentaria

El sedentarismo es un ladrón de energía de los más difíciles de identificar, porque te usurpa tu vitalidad muy poco a poco.

¿Tienes una o dos horas libres a la hora de la comida? Te da tiempo para ir a una sesión de spinning o unos largos en la piscina y luego, comer. Notarás de inmediato un incremento de fuerzas y una mayor capacidad de concentración. En ForceManager conocemos en primera persona estos beneficios, contamos con una beca muy importante sobre nuestra cuota de gimnasio.

#9. Trabajar con demasiadas aplicaciones

No es extraño que trabajemos con varias aplicaciones (ERP, CRM, task managers, calendarios, software de contabilidad…).

WorkMeter  indicó, en uno de sus estudios anuales, que el tiempo medio que cada empleado permanecía concentrado trabajando en cada aplicación era de 81 segundos. Este lapso de tiempo tan breve implica que nos vemos constantemente obligados a interrumpir la concentración; hacer pequeñas pausas o parones, que suponen 62,01 minutos de cada jornada.

Con tanta interrupción, al final del día puedes sentirte mentalmente agotado.

Para evitarlo, trabaja con un software que integre tantas funciones como sea posible para no tener que cambiar constantemente de aplicación.

Hemos hablado de personas que te roban la energía y malos hábitos que consumen tu vitalidad. El resto de ladrones son formas de trabajar poco eficientes y relaciones inadecuadas con la tecnología.

En ForceManager tenemos muy en cuenta estos problemas e intentamos hacer nuestra pequeña aportación para hacer las soluciones CRM más fáciles de usar.

Por ejemplo, nuestra aplicación permite: gestionar los datos de empresas y clientes de forma inteligente; guardar tus documentos en la nube para trabajar de forma organizada; usar el calendario para organizar tus visitas comerciales; integrar el correo electrónico para gestionarlo de forma más eficiente. En definitiva, tener implementadas un gran número de funciones para que los equipos de ventas dispongan de cuanto necesitan sin tener que dividir su atención entre varias aplicaciones diferentes.

Al fin y al cabo, de lo que se trata es de que la tecnología trabaje para ti, ¡no a la inversa!

Ya conoces algunos de los principales ladrones que te roban tu energía y ahora puedes evitarlos, sobreponerte a ellos y cambiar los hábitos que limitan tu eficiencia.

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